Los sistemas alimentarios pueden contribuir a la conservación de la biodiversidad
Los sectores agrícolas gestionan en conjunto las áreas terrestres, de agua dulce y marinas más grandes de la Tierra. Si se gestionan de forma sostenible, pueden contribuir a importantes funciones de los ecosistemas y al mantenimiento de la diversidad biológica, lo cual a su vez es esencial para apoyar la agricultura en múltiples formas y en todos los niveles. Estas interconexiones se consideran cada vez más fundamentales para los medios de vida, el bienestar, la producción y el desarrollo.
Con el creciente reconocimiento de que la agricultura se beneficia de ecosistemas más saludables, se están ideando y desarrollando cada vez más enfoques que integran las preocupaciones de los ecosistemas con las prácticas agrícolas, ganaderas, forestales, pesqueras y acuícolas.
Por tanto, para avanzar en la sostenibilidad es importante el reconocimiento y el fortalecimiento de aquellas formas de producción agrícola que mejoran explícitamente los servicios de los ecosistemas y construyen el capital natural que sustenta los sistemas alimentarios. En este sentido, la reducción de la huella ecológica de la agricultura mediante prácticas sostenibles puede contribuir a la conservación de la biodiversidad, los hábitats y la prestación de servicios de los ecosistemas.
Las opciones para la producción agrícola sostenible incluyen el manejo integrado de plagas y nutrientes, la agricultura orgánica, las prácticas agroecológicas, las prácticas de conservación del suelo y el agua, la agricultura de conservación, la agroforestería, los sistemas silvopastoriles, el adecuado manejo del riego, la planificación multifuncional del paisaje, la gestión integral intersectorial y la mitigación y adaptación al cambio climático apropiada al contexto, incorporando el conocimiento de varios sistemas, incluidas los conocimientos y las prácticas indígenas y locales sostenibles.
La restauración ecológica es muy importante
Como parte de la planificación y gestión integradas del paisaje, es importante la restauración ecológica que enfatiza el uso de especies nativas puede compensar la degradación actual y salvar muchas especies en peligro de extinción. La restauración ha adquirido un lugar destacado en la agenda ambiental mundial desde 1990. Si se planifican bien, las prácticas de restauración pueden proporcionar beneficios simultáneos para la productividad agrícola, la conservación de la biodiversidad y el suministro de servicios de los ecosistemas.
La agricultura de conservación, con un enfoque basado en minimizar la alteración del suelo, mantener la cobertura y aplicar la diversificación de cultivos, se practica en más del 12 % de la tierra cultivable mundial y ha estado aumentando a un ritmo de 10 millones de hectáreas al año durante la última década.
Durante la última década también ha aumentado el reconocimiento mundial de las contribuciones de la agrosilvicultura y la apreciación de su impacto potencial en los medios de vida rurales, la agricultura climáticamente inteligente, la conservación de la biodiversidad y la restauración de tierras. Más del 20% de las tierras agrícolas tienen al menos un 20 % de cobertura arbórea.
Por su parte, con el apoyo de gobiernos y ONG, la agricultura orgánica continúa expandiéndose, de manera que más del 1 % de las tierras agrícolas mundiales están dedicadas a producción orgánica certificada. Monitorear la agricultura orgánica no certificada es difícil, por lo que no se disponen de datos precisos.
Es necesario comprender los ecosistemas locales
Las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas de sistemas tradicionales y mixtos proporcionan alimentos a aproximadamente dos tercios de la población mundial en paisajes muy diversos, lo que refuerza la contribución de los servicios de los ecosistemas y la biodiversidad en la alimentación y la agricultura. Los huertos y explotaciones familiares son a menudo reservorios vitales de biodiversidad para la agricultura y la alimentación.
Es muy importante tener en cuenta que muchas prácticas centradas en la biodiversidad son relativamente complejas y requieren una buena comprensión del ecosistema local. Estas iniciativas pueden ser intensivas en conocimientos, específicas respecto al contexto y probablemente proporcionarán beneficios solo a un plazo relativamente largo. Por tanto, se necesita el desarrollo de capacidades y el apoyo técnico y político para superar estos desafíos y promover una implementación más amplia de estas formas de agricultura.
Alimentar al mundo de manera sostenible, especialmente en el contexto del cambio climático y el crecimiento de la población, implica sistemas alimentarios que garanticen la capacidad de adaptación, minimicen los impactos ambientales, eliminen el hambre, contribuyan a la salud humana y el bienestar animal y ayuden a conservar la biodiversidad. Los caminos hacia los sistemas alimentarios sostenibles implican la planificación del uso de la tierra y la gestión sostenible tanto de la oferta como de la demanda de los sistemas alimentarios.