Un documento de la OCDE considera que los países que forman parte del grupo deben hacer una mejor recopilación de los datos
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha publicado un informe bajo el nombre Aspectos socioeconómicos y demográficos de la seguridad alimentaria y la nutrición. Este informe forma parte de los documentos de trabajo de la OCDE sobre alimentación, agricultura y pesca. En este texto señalan la importancia de recopilar mejor los datos sobre alimentación.
En este documento se muestra que en los países que forman parte de la OCDE, las altas tasas de sobrepeso y obesidad coexisten con la inseguridad alimentaria. Esto reduce la salud, la calidad de vida y el bienestar económico de la población.
Las políticas alimentarias eficaces y la combinación óptima de políticas deben basarse en una mejor comprensión de los aspectos socioeconómicos y demográficos que pueden afectar la seguridad alimentaria y la nutrición.
En estos países los grupos socioeconómicamente desfavorecidos tienden a consumir alimentos menos saludables, lo que lleva a resultados de salud peores. Los factores socioeconómicos asociados a un consumo de alimentos no saludables incluyen: grupos con bajos niveles de ingresos y educación, hogares monoparentales con poco tiempo y accesibilidad de los restaurantes de comida rápida.
Los bancos de alimentos administrados por organizaciones no gubernamentales dan asistencia alimentaria de emergencia, a veces utilizando alimentos recuperados como políticas de desperdicio de alimentos. Pero están empezando a cuestionar la sostenibilidad de este enfoque.
Los esfuerzos de los distintos gobiernos para abordar los impactos de COVID-19 se han centrado en proporcionar asistencia alimentaria a los grupos vulnerables. Las medidas implican principalmente aumentar la financiación de programas preexistentes, incluidos los bancos de alimentos.
Se debe realizar una recopilación de datos más profunda
La recopilación de datos es irregular. Los conjuntos de datos no son comparables y no existe una comprensión clara del papel que desempeñan las características socioeconómicas y demográficas para determinar qué alimentos compran y consumen los hogares, ni sobre su contenido nutricional.
Por otro lado la medición regular de la prevalencia de la inseguridad alimentaria en los países de la OCDE es inadecuada.
Esta falta de datos también está obstaculizando la evaluación de la eficacia de las políticas para abordar las necesidades de determinados grupos socioeconómicos y demográficos.
En el documento se lanzan un par de recomendaciones. Se considera que los países deberían realizar una recopilación de datos más profunda y periódica sobre las compras y la ingesta de alimentos mediante encuestas dietéticas.
Las encuestas deberían incluir preguntas sobre la seguridad alimentaria relativa y los determinantes socioeconómicos y demográficos de la seguridad alimentaria. De esta manera se tendría información sobre las políticas que abordan la inseguridad alimentaria, mejoran la nutrición y fomentan opciones alimentarias más saludables, desde la compra de alimentos hasta el consumo.