La FAO publica una guía que muestra cómo debe ser la inversión en el sector alimentario para que sea responsable
El aumento de la inversión en agricultura y sistemas alimentarios -tanto del sector privado como del público- es fundamental para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición, reducir la pobreza y adaptarse al cambio climático.
Para generar beneficios sostenibles, esta inversión debe ser responsable. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Centro de Columbia sobre Inversión Sostenible han publicado la Guía sobre incentivos para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios para ofrecer a los responsables de crear las políticas y al personas técnico de los gobiernos una forma de usar los incentivos a la inversión (y cómo no deben utilizarse) con el objetivo de hacerlo de forma responsable.
La guía evalúa los tipos de incentivos para analizar cómo puede hacerse de forma responsable
Este documento analiza los tipos comunes de incentivos, ofrece consideraciones generales sobre cómo pueden utilizarse los incentivos, y analiza cómo planificar, diseñar, supervisar y evaluar los incentivos a la inversión para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios.
Un “incentivo a la inversión” es una medida específica proporcionada por un gobierno a un inversor (incluidos los pequeños productores), o en su beneficio, para una inversión nueva o ampliada, con el objetivo de influir en el tamaño, la ubicación, el impacto, el comportamiento, el sector u otras características de dicha inversión.
Los Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios (Principios CSA-IRA) proporcionan un marco para entender la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios. Este tipo de inversión contribuye al desarrollo sostenible, mejora la seguridad alimentaria y la nutrición, y respeta los derechos humanos.
El entorno es fundamental para valorar si los incentivos son los adecuados
Los gobiernos y los inversores deben incorporar un compromiso inclusivo y significativo de las múltiples partes interesadas a todas las etapas pertinentes.
La inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios viene determinada principalmente por un entorno propicio. Los gobiernos que pretenden fomentar una inversión más responsable deben centrarse en mejorar el entorno que la posibilite.
La guía muestra que es posible llevar a cabo una inversión más responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios. A la hora de ofrecer incentivos, los gobiernos deberían dar prioridad a los que apoyan a los hogares de los pequeños productores y a las micro y pequeñas empresas en las fases anteriores y posteriores de la cadena de valor, y especialmente a los jóvenes y a las mujeres.
Los incentivos deben planificarse, con procesos participativos sólidos y teniendo en cuenta la igualdad de género y a la juventud.
A través de una buena planificación, los gobiernos pueden evaluar si los incentivos deben utilizarse y cómo. Si se considera que los incentivos son una respuesta política adecuada, el diseño debe guiarse por objetivos claros, con una buena orientación, una discrecionalidad mínima y con un calendario, un marco temporal y un presupuesto adecuados.
El progreso y el impacto de los incentivos deben seguirse mediante procesos de monitoreo y evaluación, mientras que los aprendizajes deben ayudar a valorar si los incentivos deben retirarse o ajustarse.
Los incentivos requieren una consideración y un diseño si se quiere que sean un mecanismo eficaz para fomentar más inversiones y de mejor calidad en la agricultura y los sistemas alimentarios.
Se espera que esta guía sea una herramienta útil para lograr incentivos más responsables.