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Soluciones sostenibles para erradicar el hambre
24 diciembre 2020
Vaca

Philippe Ramakers/Pixabay

Ceres2030 es un proyecto colaborativo de investigación para lograr el ODS2-Hambre Cero

Tenemos 10 años para lograr las metas de la Agenda 2030 y erradicar el hambre y la malnutrición. Ceres2030 es un experimento diseñado para ayudar en este desafío. Pare ello científicos/as de la Universidad de Cornell, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) han investigado los instrumentos y acciones más efectivos para acabar con el hambre de manera duradera. Para ello han usado la última tecnología de inteligencia artificial y han calculado el coste de este esfuerzo. 

Esta investigación llega en un momento crítico como el actual. Las consecuencias de la crisis del COVID-19 han aumentado el sufrimiento de las personas más vulnerables, sobre todo en las zonas más empobrecidas del mundo. Esta crisis de salud está suponiendo también una crisis alimentaria.

Para lorgrar el objetivo de ‘Hambre Cero’ ocho equipos de Ceres2030, con 77 investigadores/as de 53 organizaciones de 23 países han reunido las soluciones más prometedoras. Estos/as expertos/as han formulado diez recomendaciones clave sobre el tipo de intervenciones. Y han considerado que se requieren aproximadamente 330.000 millones de dólares en fondos adicionales en el período hasta 2030, en otras palabras, 33.000 millones de dólares al año (28.000 millones euros), para erradicar el hambre. 

Los/as investigadores/as creen que sería realista que los países donantes proporcionaran un promedio de 14.000 millones de dólares al año, y los países de ingresos bajos y medianos, 19.000 millones. Este esfuerzo puede parecer muy grande, pero si lo comparamos con el presupuesto de 1.917.000 millones de dólares dedicado a proyectos militares y de armas, no lo es.

Para el análisis se ha usado un modelo económico complejo

Los expertos/as han utilizado para el análisis un modelo económico complejo y riguroso y herramientas de aprendizaje automático de vanguardia. Se han asociado Nature Research y se han centrado en responder dos preguntas vinculadas. La primera pregunta es: ¿Qué nos dice la evidencia publicada sobre las intervenciones agrícolas que funcionan, en particular, para duplicar los ingresos de los pequeños productores y mejorar los resultados ambientales para la agricultura?

Y la segunda, ¿cuánto les costará a los gobiernos acabar con el hambre, duplicar los ingresos de los pequeños productores y proteger el clima para 2030?

El proyecto se centra en tres de las cinco metas del ODS 2 y analiza el gasto público necesario en los países de ingresos bajos y medianos, incluida la contribución de los donantes a través de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD).

La investigación muestra que las intervenciones agrícolas se hacen más efectivas con una población que disfruta de un nivel mínimo de ingresos, educación, con acceso a redes y recursos como servicios de extensión e infraestructura robusta.

Se muestra que es mucho más efectivo crear carteras integradas de intervenciones en lugar de buscar mejoras de forma aislada. Las intervenciones son más exitosas si se diseñan para alcanzar objetivos complejos, como prestar atención a la comerciabilidad de un cultivo y no solo a su resiliencia climática.

La evidencia muestra que pequeñas y medianas empresas (PYMES) que trabajan con pequeños productores en el sector informal muestra un éxito significativo en la vinculación de los/as productores/as con los mercados, en especial en África. Una gran parte de estas PYME prestan otros servicios vinculados, como la creación de capacidad y el acceso a crédito. Las PYMES se correlacionan con mayores niveles de adopción de tecnología y productividad entre los/as productores/as.

El proyecto ofrece diez recomendaciones para aumentar el gasto público

De esta investigación han surgido diez recomendaciones sobre cómo aumentar la eficacia del gasto público en intervenciones agrícolas:

  1. Facilitar la participación en organizaciones de agricultores/as.
  2. Invertir en programas vocacionales para jóvenes rurales que ofrezcan capacitación integrada en habilidades múltiples.
  3. Ampliar los programas de protección social.
  4. La inversión en servicios de extensión, especialmente para las mujeres, debe acompañar a los programas de investigación y desarrollo.
  5. Las intervenciones agrícolas para apoyar prácticas sostenibles deben ser económicamente viables para los agricultores/as.
  6. Apoyar la adopción de cultivos resistentes al cambio climático.
  7. Incrementar la investigación sobre regiones con escasez de agua para ampliar las intervenciones efectivas a nivel de finca para ayudar a los pequeños productores/as.
  8. Mejorar la cantidad y calidad de la alimentación del ganado, especialmente para las explotaciones comerciales de pequeña y mediana escala.
  9. Reducir las pérdidas postcosecha ampliando el enfoque de las intervenciones más allá del almacenamiento de cereales, para incluir más eslabones en la cadena de valor y más cultivos alimentarios.
  10. Invertir en la infraestructura, regulaciones, servicios y asistencia técnica necesarios para apoyar a las PyMEs en la cadena de valor.

Debemos recordar que somos la primera generación capaz de erradicar el hambre.

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