Seis meses después de la celebración de la Cumbre, un informe revisa qué están haciendo los Estados
Este semestre que ha transcurrido desde la celebración de la Cumbre de Sistemas Alimentarios celebrada por Naciones Unidas, se ha caracterizado por la actividad llevada a cabo por los Estados Miembros en la formulación, validación, aprobación e inicio de la implementación de sus hojas de ruta nacionales hacia unos sistemas alimentarios equitativos y sostenibles de aquí a 2030. Un informe publicado por Naciones Unidas recoge este camino.
Las hojas de ruta nacionales, un itinerario hacia el futuro
Los temas a los que se da prioridad con más frecuencia en las hojas de ruta nacionales son: adopción de dietas más saludables, fin de la pobreza, crecimiento más sostenible de la productividad y resiliencia de los sistemas alimentarios ante el cambio climático y las catástrofes.
La mayoría de las hojas de ruta hacen referencia a medios de implementación. Los medios que se mencionan con más frecuencia son: a) adaptación de las políticas y regulaciones, b) inversión en innovación y conocimiento, c) refuerzo de las capacidades en materia de recursos humanos, d) movilización de recursos financieros e inversiones, e) acceso a mejores datos, f) comercio transfronterizo de alimentos, g) mejora de la infraestructura, h) forja de asociaciones, i) información, j) mejor gobernanza del sistema alimentario, k) digitalización de los sistemas alimentarios y l) atención especial a los derechos humanos.
Acciones en curso
Un apartado del informe explora la forma en que se utilizan las hojas de ruta para lograr la participación de los responsables de la toma de decisiones en los sistemas alimentarios. En un 75 % de los casos, las hojas de ruta se conectan con los procesos políticos y se utilizan dentro de estos. Se está produciendo en más de la mitad de los casos un trabajo intersectorial más sistemático y están surgiendo nuevas formas de gobernanza de los sistemas alimentarios.
También se están formulando planes de inversión y estrategias para la cooperación técnica, comercial y financiera a largo plazo.
Las hojas de ruta se utilizan para integrar la transformación de los sistemas alimentarios en otras cuestiones importantes como:
- la recuperación de la COVID-19,
- la mitigación, adaptación y resiliencia al cambio climático,
- el fomento de la biodiversidad,
- la digitalización,
- la educación,
- el empleo,
- la energía,
- la migración,
- la protección social y
- el acceso al agua.
Mensajes clave del informe de síntesis
Las hojas de ruta nacionales abordan los sistemas alimentarios desde un ángulo amplio, con vínculos con los ODS y especial atención al trabajo entre distintos sectores, enfoques interdisciplinarios, colaboración multisectorial y la necesidad de trabajar a todos los niveles pertinentes (local, subnacional, nacional y regional).
Además, se están utilizando ahora para guiar la transformación de los sistemas alimentarios tanto en los países como en las regiones.
Existen necesidades urgentes que es necesario atender para mantener el impulso de la transformación de los sistemas alimentarios, especialmente una necesidad urgente de movilización de la financiación de las transformaciones de los sistemas alimentarios a más largo plazo.
Se pide claridad sobre la forma y el ritmo de las labores de seguimiento de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios para guiar la acción a escala nacional y regional.