Un estudio ha elaborado un mapa global que valora la sostenibilidad de los diferentes sistemas alimentarios
Mapa global e indicadores de sostenibilidad del sistema alimentario es un artículo publicado en Scientific Data, que presenta el primer mapa global de sostenibilidad de los sistemas alimentarios siguiendo un método científico.
En un futuro próximo deberemos enfrentarnos a dos realidades conjuntas, satisfacer las necesidades alimentarias de una población creciente y enfrentarnos al desafío del cambio climático. Por ello abordar la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios es fundamental. Los autores de este estudio quisieron responder a este reto preguntándose “¿cómo podemos definir y medir empíricamente la sostenibilidad de los sistemas alimentarios? ”.
Para evaluar la sostenibilidad de un sistema alimentario los autores realizaron una revisión sistemática de literatura científica de 83 artículos. La principal conclusión que obtuvieron es que es muy complicado analizar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios a nivel global por falta de representatividad geográfica. La lista de países incluidos en dichos análisis es limitada y a menudo está sesgada hacia la OCDE o los países de altos ingresos. Otro de los problemas es que existe poca claridad conceptual sobre cómo construir las diferentes dimensiones de la sostenibilidad del sistema alimentario y generalmente suele haber una reduplicación y/o fuerte correlación cruzada entre indicadores. Además, en ocasiones no hay coherencia sobre por qué se incluyen en las métricas ciertos indicadores.
Estos aspectos influyen en la capacidad de evaluar y medir la sostenibilidad del sistema alimentario de una manera sólida y consistente. Por ello el principal objetivo del estudio fue construir una métrica rigurosa de sostenibilidad del sistema alimentario, de manera que fuera una métrica transparente y justificada, con calidad y que superara los problemas técnicos que surgían en el primer análisis.
Después de la primera revisión se obtuvieron cuatro dimensiones, que parecen ser casi universalmente reconocidas en la literatura: ecológica, económica, social y seguridad alimentaria y nutrición. A continuación añadieron categorías a la métrica; así, por ejemplo, para la seguridad alimentaria se incluyeron los cuatro dominios tradicionales de seguridad alimentaria: disponibilidad, accesibilidad, utilización y estabilidad.
Posteriormente se crearon indicadores para cada categoría, identificando un total de 192. Para algunas categorías se obtuvo un solo indicador y para otras cinco o más. Muchos de los indicadores mostraron entonces uno o varios de los problemas conceptuales que se había valorado en un principio, para solucionarlo llevaron a cabo un refinamiento con criterios de inclusión / exclusión para obtener solo 27 indicadores.
En el artículo se matiza que es importante comprender que cada indicador en la métrica está disponible para un subconjunto específico de países y que esos países no siempre son los mismos para todos los indicadores. Cada indicador se asocia inequívocamente a una sola dimensión de la métrica y corresponde a conjuntos de datos para los cuales existen fuentes y están disponibles para un gran número de países.
El resultado final son 97 países y 20 indicadores que representan el mejor equilibrio posible entre el número de indicadores y el número de países, dada la disponibilidad actual de datos a nivel global. Este método escogido no es la única forma de interpretar los datos.
La naturaleza multidimensional del puntaje de la sostenibilidad hace no exista un umbral «natural» o «teórico» por encima del cual se pueda decir que el sistema alimentario de un país es sostenible. Este trabajo no pretende clasificar o etiquetar a los países como «sostenibles» o «insostenibles». El objetivo de este trabajo es aportar puntajes para comparar los niveles de sostenibilidad de los sistemas alimentarios entre países y también para hacer una valoración en un país determinado o un grupo de países a lo largo del tiempo.
Se trata de una herramienta de utilidad para monitorear el progreso de los países hacia sus propios objetivos de sostenibilidad y para identificar las estrategias políticas más efectivas según el contexto.