El G20 publica un informe para incentivar las prácticas de agricultura sostenible en los países que lo conforman
El Grupo de los 20 (G20) ha publicado un corto informe sobre cómo se pueden fortalecer las prácticas de agricultura sostenible en los países que forman parte del grupo. Este informe ha sido realizado por dos expertos bajo el título Ampliando prácticas agrícolas sostenibles.
En este texto se explica que las tecnologías agrícolas implementadas en el siglo XX ayudaron a triplicar la producción de alimentos y alimentar a una creciente población mundial. Pero estas prácticas han supuesto a su vez un impacto negativo en el planeta. Por ello el desafío que tenemos ahora es transitar hacia prácticas sostenibles que cuiden los recursos naturales y sean capaces de alimentar a la población mundial.
El debate mundial sobre los alimentos ha pasado de cómo alimentar al mundo, sin importar cómo se produzcan los alimentos, a cómo alimentar al mundo de manera saludable y sostenible.
La agricultura sostenible tiene un gran impacto positivo
Este cambio en el discurso es el resultado del agotamiento de los recursos naturales y la creciente amenaza del cambio climático. Nuestro consumo actual de alimentos, fibra, madera y biocombustibles es responsable de una presión sin precedentes sobre los recursos hídricos y terrestres mundiales. Además la agricultura es responsable del 70% del uso de agua dulce; y la agricultura, la silvicultura y otras actividades relacionadas con el uso de la tierra representan el 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos son solo algunos de los problemas a los que nos enfrentamos.
En este informe los expertos han usado una perspectiva sistémica de agricultura sostenible para excluir soluciones que solo abordan una sola variable (por ejemplo, que solo reducen el uso de fertilizantes químicos). Se centran en prácticas integrales que incorporen la mejora de diferentes componentes del ecosistema como elemento fundamental, como la agroecología.
La agricultura sostenible tiene un impacto positivo sobre el planeta. Pero presenta problemas cuando se trata de la adopción, ya que la transición desde la agricultura convencional puede ser arriesgada o lenta. Esto ha hecho que esta transición sea imposible para muchos agricultores/as, especialmente para los/as pequeños/as agricultores/as.
Además, los subsidios agrícolas tradicionalmente no han tenido éxito para incentivar la transición a prácticas sostenibles y se los considera una parte del modelo de la agricultura «convencional». También hay una falta generalizada de una visión de política sistémica para las cuestiones agrícolas y alimentarias, ya sea a nivel nacional o local. Excepto en algunos casos, las partes interesadas no se han organizado a nivel nacional y subnacional para que en la agenda de políticas y programas incluyan los sistemas alimentarios y la agricultura sostenible.
En el informe se incluyen tres estrategias para promocionar la agricultura sostenible
Desde este informe recomiendan a los países del G20 priorizar e incentivar la agricultura sostenible reorientando las políticas agrícolas y alimentarias existentes y diseñando nuevas políticas para apoyar la transición y la ampliación de la agricultura sostenible, particularmente entre los/as agricultores/as con capacidad y acceso limitados a la financiación.
El G20 muestra que mediante tres estrategias podemos fortalecer esta agricultura:
a) Primero se deberán reorientar las políticas agrícolas existentes para alentar a los/as pequeños/as agricultores/as a adoptar una agricultura sostenible. Los países del G20 deberían rediseñar sus subsidios y programas de extensión agrícola para enfocarse en los agricultores/as familiares y de pequeña escala e incluir programas educativos, tecnologías, incentivos y otras herramientas necesarias para la transición hacia una agricultura sostenible. Este cambio es caro y se requiere una inversión grande. Es particularmente importante explorar la implementación de financiación desde diferentes fuentes.
b) En segundo lugar, se deberán diseñar nuevas políticas para apoyar la transición hacia una agricultura sostenible. Los países del G20 deben promover el desarrollo de estrategias nacionales y regionales para apoyar sistemas alimentarios sostenibles, incluidas políticas públicas que promuevan la agricultura sostenible.
c) El último es que se deben fomentar más investigaciones en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y las organizaciones de investigación mundiales para conocer los impactos socioeconómicos y ambientales de la agricultura sostenible y poder difundir buenas prácticas que fortalezcan la agricultura sostenible.