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Cuatro acciones para lograr un sistema alimentario más sostenible
30 marzo 2021
Mujer agricultura

Pixabay

WRI establece una serie las acciones que se pueden implementar para lograr sistemas alimentarios sostenibles

WRI (World Resources Institute) ha establecido una visión de un mundo en el que todas las personas tienen acceso a alimentos saludables y sostenibles, mientras se protege la biodiversidad y al planeta. Ha descrito un menú de 22 acciones necesarias para lograr este objetivo publicado en un informe.

La pandemia del COVID-19 ha empujado a 130 millones de personas más al hambre, respecto a los datos del año pasado, superando ya los 800 millones de personas. Datos que muestran la urgencia de actuar.

Por ello WRI ha establecido 4 prioridades urgentes para la alimentación sostenible en 2021. La acción en estas cuatro áreas es fundamental para garantizar el derecho a la alimentación de todas las personas en la próxima década.

Los gobiernos deben aumentar sus contribuciones

La primera es incrementar el compromiso político y la financiación para luchar contra el hambre. El número de personas que padecen hambre crónica es de más de 800 millones, de las cuales 130 millones de personas se vieron empujadas a sufrir el hambre como consecuencia de la pandemia. De estos, 235 millones necesitan ayuda humanitaria y protección inmediata.

Es urgente que se negocie la paz, se proporcione acceso a los alimentos y se aborde la escasez de fondos humanitarios.

Los gobiernos donantes, que han movilizado billones para la recuperación de COVID-19, deben incrementar sus contribuciones para cumplir con los requisitos de financiamiento del Programa Mundial de Alimentos y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. Las empresas pueden hacer lo mismo.

La segunda es garantizar que todas las personas puedan acceder y pagar alimentos nutritivos y saludables. Los precios de los alimentos han aumentado. La desnutrición es un problema de todos los países del mundo.

Los gobiernos pueden expandir las redes de seguridad social, como el programa social basado en alimentos de la India, el Sistema de Distribución Pública, que llega a 800 millones de personas. O podrían promulgar políticas que garanticen el acceso a alimentos saludables y asequibles, como se está haciendo en Kenia con una estrategia de agroalimentación, centrada en una mayor producción nacional de alimentos saludables y nutritivos.

La inversión en cadenas locales de suministro de alimentos también es importante. Y también lo son las medidas comerciales mundiales para mantener abiertos, sostenibles y justos los mercados agrícolas nacionales y mundiales.

Se debe revalorizar el papel de las personas que trabajan en la cadena alimentaria

La tercera acción es negociar un nuevo trato con los agricultores/as del mundo.

La pandemia ha mostrado que las personas que trabajan en toda la cadena de suministro de alimentos son algunos de los/as trabajadores/as más esenciales del mundo. Y por ello deben ser remuneradas adecuadamente por los alimentos que producen y recompensados ​​por sus esfuerzos para caminar hacia prácticas agrícolas más sostenibles.

Hoy se gastan gastan al año 600 mil millones de dólares cada año en subsidios agrícolas. Aproximadamente el 70% de estos fondos proporcionan apoyo directo a los ingresos, mientras que solo el 5% apoya algún tipo de objetivo de conservación o sostenibilidad. Gran parte de este dinero podría redistribuirse con imaginación en circunstancias fiscalmente limitadas para ofrecer mejores resultados para los agricultores/as, las personas consumidoras y el medio ambiente.

Y la cuarta acción es «producir, proteger, reducir, restaurar.» Los países pueden trabajar para aumentar de manera sostenible su productividad agrícola, mediante una mayor inversión en investigación y desarrollo agrícolas, junto con la reforma de las políticas.

Estas mejoras de productividad deben vincularse a proteger la naturaleza. Queda mucho para salvaguardar los derechos de los pueblos indígenas, proteger los bosques y ecosistemas marinos intactos, invertir en áreas protegidas y planificar adecuadamente las economías nacionales para proteger ecosistemas y paisajes clave.

En algunos países “reducir” se refiere a fomentar un menor consumo de carne y una mayor consumo dietas basadas en vegetales. «Reducir» también se refiere a los esfuerzos para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Por último hay una necesidad urgente de invertir más para restaurar las tierras degradadas, con importantes impactos positivos para las economías rurales, la adaptación al cambio climático, la recuperación de ecosistemas y la prevención del hambre y las crisis humanitarias en el futuro.

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