La transición hacia sistemas alimentarios sostenibles es una de las claves para enfrentar esta situación
La directora gerente de Políticas de Desarrollo y Asociaciones del Banco Mundial, Mari Pangestu, explica las cuatro prioridades que considera claves para hacer frente a la crisis de precios de los alimentos que se está produciendo.
Incremento de precios de los alimentos a nivel local y global
A pesar de que las existencias mundiales de arroz, trigo y maíz —los tres principales alimentos básicos— siguen siendo históricamente altas, la confluencia sobre los sistemas alimentarios de los impactos de la pandemia, el cambio climático, las devaluaciones monetarias y el encarecimiento del petróleo, junto con el impacto de la guerra de Ucrania, están afectando a la disponibilidad y accesibilidad económica a los alimentos, dado su efecto sobre la formación de precios.
El papel de Rusia y Ucrania en los mercados de cereales y otros productos básicos explica que, con la guerra y la incertidumbre sobre las próximas cosechas, se haya agravado a nivel local y mundial el alza de precios de los alimentos, que ya estaban cerca de máximos históricos antes de la guerra.
Cuatro prioridades en la respuesta de la comunidad internacional
La directora Pangestu señala que, aprendiendo de la crisis alimentaria de 2008, se deberían tener en cuenta cuatro prioridades para hacer frente a la crisis de precios de los alimentos:
- En primer lugar, mantener el comercio de alimentos. A partir de la experiencia, los países y las organizaciones internacionales deben volver a unirse en su compromiso de mantener el flujo comercial de productos alimenticios y evitar toda restricción injustificada a las exportaciones.
- En segundo lugar, apoyar a los consumidores y los hogares vulnerables a través de redes de protección social, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos, donde la gente tiende a gastar una mayor proporción de sus ingresos en alimentos. La asistencia a los hogares más vulnerables debe ser la prioridad.
- En tercer lugar, apoyar a los agricultores frente al aumento de costes de producción para garantizar las cosechas de la próxima temporada.
- Y en cuarto lugar y punto más crucial, debemos trabajar para transformar los sistemas alimentarios de modo que sean más sostenibles y lograr una seguridad alimentaria y nutricional que perdure en el tiempo.
Transformados, los sistemas alimentarios pueden convertirse en la piedra angular del desarrollo verde, resiliente e inclusivo, y promover la salud de las personas, las economías y el planeta.