Un estudio del Centre for Food Policy, de la Universidad de Londres, recopila y analiza un listado de acciones para impulsar esta transición
Hacer recomendaciones explícitas y muy específicas para aumentar la sostenibilidad ambiental de los sistemas alimentarios es un desafío debido a la cantidad de variables en juego y las formas complejas en que interactúan. El Centre for Food Policy, de la City, University of London, aborda este desafío presentando un menú de 45 acciones que se pueden tomar para reorientar los sistemas alimentarios hacia la sostenibilidad ambiental.
El foco principal está puesto en los formuladores de políticas, pero sin perder de vista que todas las partes interesadas en los sistemas alimentarios pueden y deben desempeñar un papel activo en la implementación de las acciones.
¿Qué acciones se incluyen y cómo se organizan?
Las acciones incluyen aquellas con potencial para reducir el impacto ambiental negativo de los sistemas alimentarios, mejorar el impacto positivo, o ambos, en cinco dimensiones ambientales: emisiones de GEI, contaminación química, recursos de agua dulce, biodiversidad y salud del suelo.
Las acciones, entre las cuales no se establece una jerarquía, aparecen organizadas en cinco grupos temáticos:
- acciones para reorientar el uso de la tierra en la agricultura (de la 1 a la 7);
- acciones para mejorar el impacto ambiental de la agricultura y la ganadería (de la 8 a la 22);
- acciones para mejorar la sostenibilidad de la pesca salvaje y la acuicultura (de la 23 a la 28);
- acciones para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos (de la 29 a la 36);
- acciones para reorientar las dietas y la demanda general de alimentos (de la 37 a la 45).
En este informe breve se han incluido solamente acciones con un impacto directo identificado a partir de informes basados en evidencias existentes, lo cual condujo a algunas exclusiones.
A través de las acciones incluidas en la lista, el informe señala que (i) existe un potencial significativo para la transición a sistemas alimentarios ambientalmente más sostenibles; (ii) el cambio ambiental positivo podría generar compensaciones significativas en ciertos contextos; (iii) los beneficios colaterales entre los resultados ambientales y las dietas/nutrición son posibles, pero a menudo requerirán esfuerzos sistemáticos e intencionales desde el principio.
Ventajas y desventajas, beneficios y compensaciones
Cada acción va acompañada de una evaluación de las ventajas y desventajas (definidas como efectos negativos en cualquier dimensión) que podrían resultar de su implementación, así como de los beneficios colaterales potenciales para los resultados nutricionales y ambientales.
En el estudio se identifican posibles compensaciones mediante la revisión de una amplia gama de fuentes en la literatura disponible, tanto científica como no revisada por pares. Estas compensaciones brindan un recordatorio a los formuladores de políticas de que los esfuerzos exitosos para hacer que los sistemas alimentarios sean ambientalmente más sostenibles podrían afectar negativamente a ciertas partes interesadas.
En las cinco categorías, las acciones para introducir nuevas tecnologías pueden conducir a la exclusión de las partes interesadas que están menos familiarizadas o tienen menos acceso a la infraestructura y los recursos tecnológicos. El impacto potencial en las mujeres de muchas de estas medidas también debe reconocerse explícitamente.
Pero muchas de las acciones también podrían generar impactos adicionales positivos: en la lista, junto con las compensaciones, se incluyen posibles beneficios colaterales entre los objetivos ambientales y dietéticos, para mostrar cómo mejorar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios también podría conducir a mejores dietas. Para ello, se utilizó un trabajo anterior, realizado en 2020 por el Centre for Food Policy, junto con la Alianza Global para una Nutrición Mejorada (GAIN) y la Universidad Johns Hopkins, en la que compilaron una lista de 42 acciones para orientar los sistemas alimentarios hacia dietas saludables.
Los co-beneficios muestran que las sinergias probablemente no surgirán espontáneamente: los formuladores de políticas y las partes interesadas deberán en gran medida tener como objetivo explícito incorporar desde el principio los resultados ambientales y nutricionales al diseñar una política o combinar múltiples políticas.
Al combinar en una tabla las acciones, los co-beneficios y las compensaciones, se presentan argumentos sólidos para aplicar un pensamiento amplio y un enfoque flexible para mejorar los sistemas alimentarios, mostrando las consecuencias potenciales de lograr el cambio.
Necesidad de adaptación al contexto local
Si bien todas las fuentes utilizadas abordaron los sistemas alimentarios desde una perspectiva global y fueron redactadas por grupos internacionales de investigadores, varias de las acciones solo son aplicables o relevantes para los países de ingresos más altos. Esto probablemente apunta a un sesgo en las recomendaciones explícitas hechas por los documentos que se revisaron. Esta es una de las razones por las que se incluyen compensaciones, un paso que originalmente no estaba incluido en la metodología original.
La lista debe verse como un menú de opciones potenciales que deben implementarse a través de procesos participativos, empoderando a todas las partes interesadas, para lograr todo el potencial y limitar los efectos secundarios negativos. Estas acciones, y cualquier otra recomendación similar, no deben implementarse sin tener en cuenta el contexto y los medios de vida. En este sentido, este informe debe verse como un punto de partida para una mayor reflexión sobre cómo se puede implementar un cambio positivo y no como una descripción definitiva de lo que deben hacer todos los actores en todos los contextos.