Un informe breve de la OCDE presenta este desafío y las políticas que harían falta para hacerle frente
Hace unos días la OCDE ha publicado, dentro de su colección de documentos sobre alimentación, agricultura y pesca, un informe breve sobre la Escasez de mano de obra y cualificación en el sector agroalimentario. En él señala que el papel de la agricultura está evolucionando, prestando cada vez más atención a la seguridad alimentaria, los bienes ambientales y los aspectos sociales. Estas demandas cambiantes que enfrenta el sector agroalimentario requieren nuevas habilidades y capital humano, incluidas habilidades empresariales y digitales, para garantizar un sector sostenible y competitivo.
La demanda de mano de obra en la agricultura está condicionada, entre otras cosas, por los avances tecnológicos (mayor automatización, robótica, tecnologías de drones) y las demandas cambiantes de los consumidores por atributos como el bienestar animal, la huella ambiental y la calidad de los alimentos. Esto implica que las personas que trabajan en este sector necesitan continuar desarrollando y actualizando sus habilidades técnicas, sus conocimientos sobre aspectos financieros, de mercadeo, normativos, ambientales, etc.
Existe una clara tendencia a la caída del empleo en el sector agroalimentario
En todo el sector agroalimentario en los países de la OCDE, la demanda de mano de obra está muy segmentada y es dinámica, con diferentes categorías de empleados, incluidos operadores familiares, gerentes y empleados asalariados, trabajadores ocasionales, estacionales y temporales (incluso a través de la migración). Además, existe la doble tendencia a la caída del empleo total en el sector, mientras que al mismo tiempo aumenta la dependencia de los trabajadores temporales y estacionales, muchos de los cuales se obtienen a través de la migración. En muchos países, más del 50% de la mano de obra agrícola es mano de obra contratada, incluidas varias formas a tiempo completo, a tiempo parcial y por contrato.
Otras características importantes del sector son la creciente preocupación por el envejecimiento constante de la fuerza laboral, los niveles educativos relativamente bajos y el poco atractivo de las carreras en el sector para personas jóvenes y cualificadas.
El sector de la alimentación enfrenta cada vez más desafíos
Las personas dedicadas a la agricultura tienden a tener una mayor participación en cursos informales de aprendizaje y capacitación, que a menudo ofrecen los servicios de extensión agraria, las empresas del sector y las organizaciones de agricultores.
El sector de la agricultura y la alimentación tiene la tasa más alta de desalineación de habilidades (incluida la cualificación excesiva y la cualificación insuficiente) en todos los sectores económicos y se prevé que estos desafíos se amplifiquen en el futuro. La Unión Europea ha pronosticado que durante la próxima década el empleo en el sector caiga un 13 %, con la mayor caída prevista para los trabajadores poco cualificados. Además, se espera que aumente la proporción de la mano de obra agrícola compuesta por trabajadores estacionales y temporales, muchos de los cuales son extranjeros. Al mismo tiempo, se espera que aumente la demanda de empleados con habilidades empresariales y de gestión de alto nivel, conocimientos digitales y experiencia comercial y de marketing.
Se necesitan políticas que fomenten la inversión en capital humano en combinación con otras
Para hacer frente a estos desafíos complejos, se requiere una combinación de políticas. Las políticas agrícolas que fomentan la inversión en habilidades y capital humano, el fortalecimiento de los servicios de extensión y los sistemas de innovación agrícola más amplios pueden contribuir a resolver estos desafíos. Estas políticas están mejor dirigidas que otras formas de apoyo agrícola para mejorar las innovaciones dinámicas que pueden atraer más mano de obra mejor cualificada al sector.
En un taller organizado por la OCDE en 2021 titulado “Abordar la escasez de mano de obra y habilidades en la agricultura y el sector alimentario”, varios países de la OCDE (Irlanda, Japón, Holanda, Nueva Zelanda, España y Estados Unidos) compartieron sus experiencias en abordar la escasez de mano de obra y habilidades en el sector agroalimentario:
- En Japón, el gobierno presentó la iniciativa “Agricultura inteligente” para fomentar la adopción de nuevas tecnologías como la robótica, la inteligencia artificial y la automatización en el sector agrícola.
- En Nueva Zelanda, el gobierno introdujo varias medidas para atraer y retener a jóvenes cualificados en el sector.
- Holanda introdujo una Estrategia para la Educación Verde (2016-2025), que enfatiza el desarrollo del capital humano en el sector agroalimentario.
- En Irlanda, el sector agrícola y alimentario se enfrenta a un gran desafío para atraer trabajadores/as adecuadamente cualificados. Los salarios relativamente bajos, las largas horas de trabajo y la falta de perspectivas de carrera se consideran las principales barreras para atraer a los jóvenes al sector. Se han introducido varias medidas de política, incluidos pagos de apoyo e incentivos fiscales, para mejorar el atractivo del sector para trabajadores altamente calificados y educados.
- En España, sólo el 26% de la mano de obra en la agricultura son mujeres, mientras que en la industria alimentaria se estima en torno al 41%. Un aumento en la participación de las mujeres en el sector y la construcción de un sector agroalimentario moderno y dinámico es una prioridad clave del gobierno. La experiencia muestra que una gama de herramientas de política es esencial para superar los sesgos de género tradicionales en el sector y para lograr un mayor equilibrio y diversidad de género. Por ejemplo, cambiar el estatus de las mujeres en el sector es complejo y requiere varios cambios políticos y legislativos: crear propiedad agrícola formal, aumentar las capacidades de gestión de las mujeres en las cooperativas agroalimentarias y brindar servicios específicos y programas de formación.
- El sector agroalimentario de los Estados Unidos depende en gran medida de los trabajadores migrantes y transitorios para la producción agrícola y el procesamiento de alimentos. Ha operado un sistema de visas especiales para facilitar el empleo de migrantes temporales y estacionales.